El boletín del triunfo de la selección argentina ante Ecuador: de un Cuti Romero imperial a la pegada de Messi que derribó un duro obstáculo

Dibu Martínez (6): Apenas si sufrió algún sofocón en el inicio, cuando Ecuador lo presionó en la salida con los pies. El rival atacó poco y nada y él mostró la firmeza de siempre.
Nahuel Molina (6): Con el equipo constantemente volcado en ataque, se proyectó seguido e intentó ser descarga, aunque con suerte dispar.
Cristian Romero (8): Una garantía en defensa, con un par de cruces providenciales con el manual del zaguero, especialmente el quite en el último suspiro ante Enner Valencia, que derivó en un cara a cara. Y una máquina de empujar, de encajonar al adversario posicionando la última línea bien adelante, y de conducir con buena técnica y criterio. Un partido estelar.
Nicolás Otamendi (7): Gran prestación por carácter y firmeza. Si Ecuador no llegó, mucho tuvieron que ver él y Cuti, con el que se entiende de memoria. También defendió en campo contrario e impulsó al equipo a buscar en el complemento… Hasta que la resistencia ecuatoriana se quebró.
Nicolás Tagliafico (6): Otro canto a la voluntad por la izquierda. Favorecido por el rol que asumió Ecuador en el partido, fue una alternativa más en ataque. Un remate suyo rozó el travesaño y siempre se ofreció como variante.
Enzo Fernández (6): Impreciso en el primer tiempo ante la falta de espacios y el perfil combativo que mostró el mediocampo de Ecuador. Levantó paulatinamente a partir de que Scaloni lo soltó y en el complemento exhibió detalles de lo que puede dar.
Alexis Mac Allister (6): Terminó actuando como el 5 del equipo, en una función similar a la que cumple en el Liverpool. Concepto parecido al de Enzo: primero, en la imprecisión general; luego, primera puntada y asociación, con el sentido común y la elegancia que lo caracterizan.
Rodrigo de Paul (6): estuvo mejor en el peor momento de Argentina, cuando le costó hallar las grietas para encontrarse. Allí, asistió a Lautaro Martínez en la pelota que dio en el palo en el epílogo del primer tiempo. Metido en el encuentro, aunque inconstante, se peleó con Estupiñán y pidió siempre el balón.
Lionel Messi (8): A lo largo del partido, ante la encerrona que planteó Ecuador, perdió más de lo que ganó. Aún así, se las arregló para generar peligro, como el remate cruzado que se fue ancho en el primer tiempo, o la acción individual a los 68 minutos, que terminó en un remate atajado por Galíndez. A los 77, su obra de arte: la caricia de tiro libre que definió el pleito. Suficiente para ganar el partido y ganarse un 8, aunque dejó la preocupación porque pidió el cambio y Scaloni advirtió que “sintió algo”. Le harán estudios.
Lautaro Martínez: (6): Las peleó todas, se fajó con los defensores rivales aún cuando lo abastecieron poco, se generó algún espacio y tuvo la más clara del primer tiempo, con el toque mordido que dio en el palo.
Nicolás González (5): Siempre son valorables su versatilidad y su entrega por el equipo, pero le costó incidir en el partido y desequilibrar.
Ángel Di María (6): Entró bien, intenso, y eso le ayudó a Argentina a terminar de ganar la pulseada. Su movilidad y sola presencia le añadieron otra preocupación a Ecuador. Y surgieron los espacios.
Leandro Paredes y Julián Álvarez (6): Ingresaron justo antes del gol de Messi. Aportaron manejo y ganas en el tramo del duelo en el que la Albiceleste acorraló a su rival y pudo gritar algún tanto más.
Exequiel Palacios (-): Entró por Messi para sostener el balón y mantener el asedio.
Lionel Scaloni (6): Volvió a probar que no se casa con nadie y ubica en el campo a los de mejor actualidad. Fue haciendo retoques tácticos durante el cotejo (por caso, los roles de Alexis Mac Allister y Enzo Fernández) para encontrarle la vuelta al cerrojo visitante. El ingreso de Di María (¿lo cuidó para la altura de La Paz, donde siempre rindió?) le dio el último empujón a un equipo que buscó siempre, la impronta del campeón del mundo.
Fuente: InfoBae